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Mujeres y toros: sangre, lágrimas y lunares


           
            Bien es sabida por todos la obsesión de la humanidad por asociar a la mujer comportamientos animales, perversas metamorfosis, con grotescos y eróticos resultados, o simples asimilaciones de gestos. Casi siempre fruto de la misoginia dominante en las primeras líneas de la cultura, de la sociedad.

Ya, desde la Prehistoria se asociaba la figura de la mujer a divinidades superpoderosas, normalmente asociadas con la naturaleza, a la Madre Tierra, a diosas de la fertilidad; que todo lo dan y todo lo quitan. Así, proliferaron numerosas esculturas de pequeño formato, que hoy día nos hemos empeñado en llamar Venus, pero que distan mucho de la habitual visión que de esta figura mitológica tenemos; se nos presentan con los miembros sexuales enfatizados, descomunales. Rasgo que permanecerá en la representación de la mujer, según mi parecer, hasta nuestros días [sino ¿Para qué están las operaciones de estética, sino para exagerar los rasgos de una persona? Sólo basta con mirar al famoseo de nuestro alrededor; véase pechos, nalgas, etc.], y no con muy distintos objetivos: su divinización en el mundo del catch y la seducción de otro ser humano para su fertilización. Pero dejemos esto a un margen.

Venus van Savignano-paleolítico- Museo Pigorini (Roma)


Continuando con la disertación de Mujeres y toros, como ya se ha dicho, bien es sabido el paralelismo que normalmente se realiza con la figura de la mujer y del animal; Hoy estamos aquí para hablar de esto, y en concreto de la fuerte relación de la mujer con el sector bovino.

                La relación de las féminas con el astado viene de lejos; ya la Antigüedad nos da testigos de un creciente acercamiento, más o menos violentos, consentidos o no. El primero que nos viene a la cabeza es el de Europa; según la leyenda [y Wikipedia], Zeus estaba enamorado de Europa y decidió seducirla/violarla [las dos versiones son válidas]. Transformándose en un toro blanco, que se mezclaría con las manadas de su padre. Europa mientras recogía flores cerca de la playa, vio al toro y acarició sus costados y, viendo que era manso, terminó por subir a su lomo. Zeus aprovechó la oportunidad y corrió al mar, nadando con ella a su espalda hasta la isla de Creta. Entonces reveló su auténtica identidad y Europa se convirtió en la primera reina de Creta. El acto amoroso tuvo lugar bajo un plátano, árbol que, según la mitología, debe el que sus hojas sean perennes a este acontecimiento. Tras llegar a Creta, Europa tuvo tres hijos, engendrados por Zeus: Minos, Radamantis y Sarpedón.


Europa y el toro de Gustave Moreau (c. 1869)
 Un segundo encuentro con esta figura es la leyenda de Pasífae -un encuentro muy fructífero según nuestro parecer en cuanto a todo lo que se desarrolló después- ¿Podemos decir que como residuo de los gustos de su madre? El mito nos narra la historia de la mujer del rey Minos. Toda la historia se inicia con la afirmación de su señor marido diciendo que sacrificaría lo primero que saliera del mar, Poseidón hizo salir un toro, pero Minos lo encontró tan hermoso que lo incorporó a sus rebaños y el dios, enfurecido, según Diodoro Sículo, Pausanias, Virgilio, y Apolodoro, para vengarse de la afrenta que le había hecho Minos, hizo que la reina se enamorase del toro que se había librado del sacrificio. Ella, por otro lado, confió su pasión zoofílica a Dédalo, quien prometió ayudarla. Así, construyó una vaca de madera hueca que cubrió con un cuero. Le puso ruedas ocultas bajo las pezuñas y la llevó a la pradera de las cercanías, donde el toro de Poseidón se encontraba junto a los rebaños de Minos. Luego de enseñar a Pasífae cómo se abría la portezuela corrediza situada en la parte trasera de la vaca [en el culo], y de ayudarla a entrar, se retiró discretamente. El toro blanco no tardó en acercarse y montar a la vaca de madera (de donde se deduce sin duda que Dédalo también afirmó las ruedas al piso), de modo que Pasífae vio satisfecho su deseo. Quedó, de esta manera,  encinta, pariendo un engendro mitad hombre y mitad animal: el Minotauro.

Pasífae;André Masson (1937)

A partir de éstos mitos se desarrolló un amplio imaginario que ocupó frescos, telas, papel y demás durante muchísimos siglos. Recordemos que como decía Goya en sus caprichos: El sueño de la razón produce monstruos; así, la pervivencia de estas figuras no estará en peligro gracias a la facilidad que tenemos para dormitar nuestra razón, o mejor, para alienarla.
Diversas tendencias se desarrollaron en los sucesivos siglos, llamándonos poderosamente la atención la aparición de la mujer fatal y su magnífica figuración en el siglo XIX, donde poetas malditos y artistas varios se encargarían de perpetuar la maligna [a la par que deliciosa] imagen de este personaje. Asimilando el concepto a variadísimos imaginarios, entre los favoritos se encontraban el animalístico y el psiquiátrico, que normalmente se cogían de la mano en numerosos relatos.

Majas en balcón, F. Goya (1810-12)

Pero me temo que la disertación no irá por estos derroteros, sino que nos centraremos en nuestro territorio patrio, donde la relación de las señoras con los bovinos está mucho más arraigada que la simple lectura del horóscopo. Una relación mucho más violenta, emparentada con la tauromaquia [acto cruel y atroz, la crítica del cual dejaremos para otro día].

Portada Vogue diciembre 2007


Y es que, si de algo entiende nuestra España más cañí es de cuernos, corridas y señoronas dispuestas a dejarse la voz y el tipo en ello. Cuando pienso en toros y España lo primero que me viene a la mente [a parte del vocablo tópico] es un tejido multicolor de mantillas, peinetas, caracoles de pelo a lo Estrellita Castro, labios rojos, ojos morunos [como dice aquella canción de Baccara], lentejuela, dorados, vírgenes, Cristos, la duquesa de Alba, paquetes marcados bajo mallas apretadas, etc. Aunque parezca el armario de un travestí no lo es, pero fácilmente podría serlo.
 En un país como el nuestro, machista, y un campo de acción más misógino si cabe no hay duda del papel asignado a la mujer: admiradora/mujer de/incentivación para afrontar el toro… Y si alguna llega a involucrarse en el mundo del toreo, tranquilos que ellos se encargarán de que vean la calle lo antes posible.
Pero dejando de lado esto, vamos a lo que nos interesa: la mujer y el toro. Será rápido e indoloro (para nosotros).

La primera parada del viaje por la galería de consortes del señor bovino son nuestra queridas folclóricas; sí, coplistas y toros son lo que Zeus a Europa. Una retahíla de nombres me nublan la mente, pero sin duda es Rocío Jurado la que se lleva el oro, mujer entregada a su segundo matrimonio con el torero José Ortega Cano. Su papel frente al toro no pasó de ser de simple espectadora, acicalada con mantilla, teja y un modelito que “animaba” a su torero en la faena. A parte de su carrerón estelar como cantante, no dio mucho juego en el sector bovino, más que sus desgarradoras canciones a su toreador.
Otra de las grandes es Isabel Pantoja, con sus dientes sempiternos… una relación más oscura y perversa, casada con el torero Paquirrín, quien suponemos que la aficionaría al mundo del toro, ya que años más tarde su relación con este animal sería más estrecha y directa, como ganadera de sus propias bestias… ¿Una Pasífae patria, con bigote y patillas? ¿ O simplemente un sitio donde dejar reposar el dinero negro? 

Rocío Jurado

Virgen del Rocío

Isabel Pantoja

La segunda parada de nuestro paseo por esta cámara de las curiosidades son las mujeres de los toreros, teniendo el histérico ejemplo de Belén Esteban; como todos sabemos no llegó a ser mujer del torero Jesulín, pero a éstas estuvo. Eso sí, quedó preñada como Pasífae, engendrando a un ser que haría despertar mil tormentas y humores como el Minotauro. El papel de ésta va mucho más allá que el de las folclóricas que se dedicaban a cantar su amor en los conciertos y a estar frente al toro espléndidas. Ahora cambiamos los trajes de faralaes, por ropa de mercadillo, tinte rubio y bisutería barata; el amor por el odio/rencor y los conciertos por los platós de televisión. Este es el nuevo cóctel explosivo de las ex mujeres de los toreros: lágrimas, platós, tinte, infantes, denuncias, juzgados… dejamos atrás la época dorada.


Belén Esteban

La tercera, y última parada es todo lo contrario a lo visto en las líneas anteriores; podemos decir que mucho más cercana que aquellas, pero más crítica respecto a la tauromaquia. Esta parada es el de todas aquellas mujeres que se ponen en la piel del animal, que realizan la metamorfosis en bovino [recordándonos a los imaginarios de las femme fatale], que sufren sus calamidades… Me viene a la cabeza la fantástica publicidad que hizo Alaska junto a Gatti para PETA; donde aparecía ella desnuda, como el animal, con los tacones simulando las pezuñas y las banderillas atravesando su lomo cual pinchito moruno. Este espectáculo era visto por mis globos oculares con tal admiración que no sabía si el rostro de la artista era de agonía o excitación…

Alaska por Gatti para PETA

Esta imagen me hizo reflexionar entorno a una película que caló muy hondo en mi persona:

Manolete de Menno Meyjes, 2007

Lamentablemente aún no estrenada en nuestro país.

Y os preguntaréis ¿Porqué caló tan hondo en su ser? Pues por razones tan obvias como toda la reflexión anterior. Un film que no puedo describir más que como una gran fuente de ensalada donde se mezclan diferentes vegetales con los más diversos tópicos referentes a nuestro país y a la mujer española, la Carmen de Bizet. Residuos de la leyenda negra, pero como en todo, una parte oscura lleva a una cara “clara”: la leyenda rosa, que es lo que nos ocupa.

Para empezar con los tópicos, los diversos títulos que se le han asignado en los países donde ha sido estrenada, en Inglaterra The Passion Within (algo así como “dentro de la pasión”) o en Canadá Manolete: Blood and Passion (Manolete: sangre y pasión); y como no las joyas de la crítica dedicadas a ella: Blood, bulls and boycott: Manolete strikes again; lo único malo es que las deudas de esta producción han eclipsado la variedad de temas que ésta oculta bajo tantos oros, santos y arena. Bueno, no. En realidad no hay variedad más allá de los tópicos del hombre masculinísimo que todo la hace bien y la mujer hiperfemenina [para la época claro] que es una puta, que lleva a la perdición a un hombre que estaba encauzado por el camino del “bien”. Reveladora es la secuencia de plano contra plano de los ojos de los tres involucrados: Manolete, Antoñita e Islero [el bravo que acabó con la vida del torero] y de las pezuñas del animal con el capote del torero y los tacones de la susodicha… una asimilación asombrosa para nuestro momento histórico: la mujer es quien le lleva a la muerte ¡Oh si! Ella es la única culpable por no gustarle los toros, por no gustarle ir a ver como matan a otro ser vivo, ella es la culpable a la que obligan –en pocas palabras- a ir a las corridas a ver a su pareja. En fin. 



Película, según mi opinión, que narra demasiado bien el papel que la mujer tiene muchas veces frente al toro: como ménade, puta y materialización del poder.

                Hoy en día, todavía la mujer se enfrenta a la figura del toro en el día a día, pero ahora encarnadas por cientos de toreros que inundan la parrilla televisiva, en las noticias, los programas de cotilleo, los zapping, etc. Pero parece que la tendencia está cambiando; y si antes las figuras centrales de nuestra sociedad cañí eran la folclórica y el torero, ahora son los futbolistas y sus parejas [a las cuales no puedo enmarcar dentro de una profesión como tal ya que su procedencia es muy diversa, desde modelos hasta cantantes].    

Estamos preparados para el cambio de los cuernos al balón, Pero ¿Para cuándo el cambio de la hipocresía machista a la liberación sexual en estos campos?

Comentarios

  1. Tio, m´agrada com escrius i expliques les coses.
    Personalmente creo que el principal enemigo de la mujer, es la mujer. Hay muchísimas mujeres que aceptan su posición en esta sociedad machista y misógina. Aquí en Alcoy había un caso parecido con las mujeres en "les filaes". Muchos abogaban que no podían salir por que en la historia no habían ido mujeres a la guerra, mientras que otros respondían que según eso, tampoco hubieron niños o ancianos batallando. Las excusas se agotaban y prevaleció la ley de la ignorancia y de la falsedad ante un tema, aun a dia de hoy, tabú o prohibido para muchos (y, sobretodo, para muchas) y que se sigue sosteniendo en la débil y estúpida cuerda de la tradición.

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  2. Gràcies! Crec que hasta m'he posat roig!jajaja

    La verdad que la situación de la mujer para mi es algo paradójico y estimulante; por un lado hay mujeres que luchan día a día para conseguir mejorar su stituació, por otro otras que les da igual ser la chacha de "quien sea"... supongo que como en todos los sectores sociales, pero al ser éste el considerado "débil" -socialmente- se le tiene más en punto de mira, no?
    Es una lástima que gran parte de ellas/os no ven los avances en política de igualdad, que por otra parte no llegará a completarse hasta que este país no se quite el yugo de la religión, que nos oprime y asfixia desde la infancia!!!

    Gràcies pel comment!

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